Implantología
Un implante dental es una raíz artificial de titanio, material biocompatible con el hueso, donde se coloca. Implante y huesos se unen sólidamente lo que nos permite colocar un diente artificial sobre él, reemplazando con mucha estética y naturalidad a la pieza dental natural perdida, por enfemerdad, accidente o malformaciones.
Se pueden colocar uno o más implantes dentales en el hueso maxilar, facilitando la rehabilitación oral mediante prótesis fijas y/o removibles.
En la actualidad, las técnicas más avanzadas permiten proporcionar una prótesis con dientes fijos sobre implantes osteointegrados a los pocos días o incluso a las horas de su colocación.
Un problema a tener en cuenta antes de realizar la técnica de implantes, es el relativo a las bocas que sufren un encogimiento excesivo o irreversible del hueso alveolar maxilar debido a factores como la edad, el sexo o los componentes metabólicos orgánicos.
Hay muy pocas contraindicaciones absolutas para la colocación de implantes dentales, entre ellas podemos destacar enfermedades graves que influyan en el metabolismo del hueso, infecciones específicas, tumores malignos que afecten al hueso, o radioterapia en grandes dosis.
Es importante decir que los implantes no provocan rechazo en el organismo, sólo puede ocurrir que fracase la oseointegración (se estima normal un nivel de fracasos del 2% ). Aquí entra en juego la pericia del implantólogo, aunque también hay que considerar que hay casos más comprometidos que otros. Cuando un implante fracasa puede y debe volver a colocarse otro para sustituirlo. El paciente en ningún momento del tratamiento siente dolor, esto es importante remarcarlo.
Al contrario de lo que pueda parecer, en muchos casos el post-operatorio supone menos molestias e incomodidades que otras intervenciones menores en Odontología (como puede ser una extracción). Un implante bien colocado no debe doler, únicamente puede ocasionar molestias la herida en la encía durante el proceso de cicatrización (si es un implante dental de carga convencional). Es fundamental observar una escrupulosa higiene para evitar sobreinfección de la encía. Normalmente se prescriben antibióticos por seguridad. En los casos de grandes intervenciones, como elevaciones de si maxilar o injertos, aparece frecuentemente hinchazón durante los primeros días, si bien no resulta dolorosa y permite hacer vida normal.
Básicamente hay dos formas de rehabilitación protésica sobre implantes: La prótesis fija en cerámica, que nos proporciona el mayor nivel de estética, comodidad y función, y la prótesis removible (de quitar y poner), realizada en resina y que supone una opción más económica al ser un tratamiento menos sofisticado.
Los implantes correctamente colocados garantizan unos resultados estéticos en la mayoría de los casos muy superiores a la dentadura original del paciente.
El paciente debe tener claro que no sólo conseguirá una boca sana sino además una sonrisa estética. Estas deben ser sus exigencias.
El proceso de osteointegración, se define como la unión mecánica firme, directa, estable y duradera producida entre el hueso vivo maxilar y el cuerpo de un implante dental de titanio, que se convierte sin interposición de tejido conectivo.
El uso de esta técnica quirúrgica moderna permite al paciente que ha sufrido una pérdida dental, una recuperación plena de la función masticatorio y de la estética bucal.
La elección del titanio se debe a que este metal en contacto con la atmósfera se oxida en milisegundos transformando su superficie en óxido de titanio. Este óxido se comporta como un material bio-inerte, es decir que no produce rechazo, reacción natural del organismo ante la presencia de un cuerpo extraño que deriva habitualmente en complicaciones clínicas. Además, el titanio presenta unas características mecánicas muy adecuadas, ya que su dureza permite soportar cargas oclusales elevadas, y su módulo elástico es muy parecido al del hueso.
Para que se produzca la osteointegración, es necesario realizar una correcta técnica quirúrgica, dependiendo del éxito de la presencia o ausencia de procesos inflamatorios, del diseño del implante y del tiempo en que el implante se mantenga libre de cargas, que debe ser alrededor de 6 meses en la carga convencional. También tenemos que mencionar que actualmente, gracias a la técnica de carga inmediata, podemos colocar los implantes dentales en la boca del paciente y acto seguido podemos colocarles encima la prótesis dental adecuada; o sea, un paciente puede entrar al gabinete dental sin dientes y salir con ellos en un lapso de tiempo de una hora y media aproximadamente.
Se trata de una intervención ambulatoria, esto quiere decir que no es necesario ingresar en una clínica sino que la intervención se lleva a cabo en la consulta dental, siempre que dicha consulta esté equipada con el material necesario para realizar cirugía.
La intervención quirúrgica de colocación de implantes se lleva a cabo en la mayoría de los casos mediante anestesia local. En intervenciones de larga duración ( con injertos óseos, por ejemplo) se puede recurrir a la anestesia general.
Los implantes utilizados en nuestras consultas son los que menor intervalo de tiempo requieren para ser cargados. Las prótesis pueden colocarse inmediatamente después de realizada la cirugía. Otros implantes pueden requerir un tiempo de oseointegración de hasta seis meses.
Los implantes se pueden colocar en los jóvenes una vez completado el desarrollo, normalmente a partir de los dieciséis años en las mujeres y dieciocho en los hombres. En los adultos no existe contraindicación en razón de la edad, tenemos casos de pacientes con 80 años que han rehabilitado su boca con implantes dentales, y disfrutan de ello.