Sin miedo al dentista
La primera visita al dentista puede ser traumática para algunos niños, especialmente si han oído que se trata de algo terrible. Y no es algo poco común.
Sin embargo, nos guste o no el control odontológico es fundamental a partir de los dos años de edad.
Es muy importante llevar al niño a un control antes que aparezcan caries u otras enfermedades bucales que necesiten tratamiento.No podemos negar que algunos procedimientos son dolorosos, pero es porque el paciente llega en un estado en que la enfermedad está muy avanzada. En cambio, si los padres traen a controles preventivos a los niños desde pequeños, se evitan los problemas y el dentista es más bien un amigo que le ayuda a cuidar los dientes.
Mi amigo el dentista
Lo ideal es que los menores de doce años sean atendidos por un odontopediatra, que además de especializarse en dentaduras infantiles, está preparado para enfrentar con mayor psicología a un pequeño que llega atemorizado.
Una atención dirigida especialmente a los niños incluye elementos educativos y distractivos. La habitación tiene una decoración atractiva, las máquinas no están a la vista del niño, incluso el dentista se viste llamativamente, y no con el clásico delantal blanco que algunos pequeños asocian con enfermedad o experiencias desagradables.
Todo esto ayuda a establecer una relación de igual a igual. También es importante que antes de examinarlo se realice una especie de “terapia cognitiva”, que consiste básicamente en mostrarle el equipamiento e informarle para qué sirve y cómo se va a utilizar.
Lo principal es que el pequeño no se sienta invadido. “A veces se necesitan varias sesiones y mucha conversación para que se sienta en confianza.
Papás comprometidos
La atención odontológica infantil está orientada a que mantengan una dentadura sana hasta edad avanzada. Si eso se logra, quizás nunca tengan que pasar por experiencias traumáticas con el dentista ..“Los adultos actuales pertenecen a la generación en que sólo se iba al dentista cuando algo andaba mal. Por eso las imágenes que tienen son espantosas”, dice el especialista.
Y agrega que de los padres depende que el cuidado bucal de los niños sea efectivo y que no le tengan miedo al dentista.